viernes, 7 de marzo de 2014

Palacio de la Bolsa

El jueves 20 de febrero realicé una visita guiada al Palacio de la Bolsa. Creo que es un edificio del que todos hemos oído hablar infinidad de veces, pero, a su vez, un gran desconocido. Personalmente, hasta hace pocos meses, ignoraba que se realizasen visitas guiadas gratuitas y que fuera tan bello por dentro. Al final de la entrada adjunto datos de contacto y horarios para quien esté interesado en descubrirlo.
Ahora os contaré un poco de historia de este edificio y os mostraré algunas fotos para animaros a visitarlo.



Desde la creación de la Bolsa en 1831 y hasta la inauguración del actual Palacio de la Bolsa en 1893, el mercado bursátil realizó un largo peregrinaje por varios edificios de Madrid. 

La primera sede de la Bolsa de Madrid se sitúa en la Plazuela del Angel, esquina a la calle Carretas. En 1832 se traslada a la Casa de Filipinas, también cerca de la calle Carretas. En 1841 pasa al Claustro del Convento de San Martín y en 1846 al Monasterio de las Monjas Bernardas, en la calle de Alcalá. Sólo un año más tarde se vuelve a trasladar al Convento de los Basilios, en la calle Desengaño. 

Pero los cambios no acabaron aquí. En 1875 se emplazó en el llamado Edificio Viejo de Aduanas, ya que la institución había sido trasladada a un nuevo edificio a la Calle Alcalá. Se situaba en la que hasta entonces se llamó Plaza de la Leña por la cantidad de leña y tablas que el pueblo amontonó allí, a modo de barricadas, en la Guerra de las Comunidades de Castilla. La plaza pasó a denominarse con este cambio Plaza de la Bolsa, que finalmente desaparecería al unir la actual calle de la Bolsa con Carretas, en la reforma de la Plaza de Jacinto Benavente. El edificio acabó por desaparecer en 1926, sustituyéndose por un edificio de oficinas en la esquina de Carretas y Jacinto Benavente.


Antigua Bolsa de Madrid. 1883
En 1878 se comienza a construir el que luego sería el Palacio de la Bolsa. El solar situado en la Plaza de la Lealtad fue cedido por el Estado. El presupuesto inicial fue de 1.000.000 de pesetas, aunque finalmente ascendió a 3.000.000 pesetas, dinero que tuvo que prestar el Estado y razón por la que el edificio es de titularidad pública.

La construcción fue encargada al arquitecto madrileño D. Enrique Mª de Repullés y Vargas, que ganó el concurso de adjudicación con el lema “Sin Paz no es posible el Comercio”. También fue el autor de la verja que cierra el patio de la Armería del Palacio Real o de la Casa Consistorial de Valladolid.

Este arquitecto era hijo de un agente de cambio y bolsa (actuales brokers), así que conocía de sobra la atmósfera de estrés y nerviosismo que se respiraba en los parqués, además de las necesidades específicas para acoger la actividad bursátil. Por esta razón, además de darle una forma basilical a la nave principal de contratación, ya que pretendía que al edificio se le considerara como el ‘templo de la economía’, quiso dotarle de una amplia entrada de luz natural, fijando una amplia superficie del techo con vidrio. Este vidrio era muy pesado y Repullés no consideró apropiadas las guías de madera que hasta ese momento solían utilizarse como sujeción. Entonces, prestó su atención en la construcción de la ‘Torre Eiffel’, sustituyendo la madera por el hierro.  La construcción del edificio se finaliza después de 15 años. 

Para realizar la ornamentación del Palacio, se contrataron a dos artistas madrileños: el escultor Francisco Molinelli y el pintor Luis Taverner. Existen numerosos relieves en casi todos los espacios del edificio, destaca el ‘Caduceo’, que igualmente podemos descubrirlo en numerosas puertas y ventanas, procedente de la mitología griega. Este símbolo se compone de tres partes principales: dos serpientes que se miran fijamente, que serían la oferta y la demanda, a su vez que simbolizan la prudencia; una vara que las separa a modo de árbitro para ponerlas de acuerdo, función desarrollada por la Bolsa; así como dos alas en su parte superior, que expresan la rapidez en la toma de decisiones a la hora de comprar o vender.

Caduceo en el Salón de Pasos Perdidos
La Reina Regente Mª Cristina inauguró el Palacio de la Bolsa de Madrid el 7 de Mayo de 1893, de estilo neoclásico muy en la línea de los palacios de Madrid de la época, cómo el Banco de España, la Biblioteca Nacional, el Museo del Arte Moderno, la Real Academia de la Lengua

En su fachada principal, de 66 metros de longitud, destacan 6 enormes columnas con capiteles de estilo corintio, como primer pórtico de acceso a un amplio vestíbulo de recepción a los visitantes. Por encima de las columnas, podemos ver un friso con el título ‘Bolsa de Madrid’ y por encima de él, un reloj que fue importado de Estrasburgo (Francia). En la parte más alta, cuatro bajorrelieves con medallones que representan ‘La Industria’, ‘El Comercio’, ‘La Agricultura’ y ‘La Navegación’.


Tras subir unas escaleras que parten del vestíbulo, la primera sala que visitamos es el Salón de Pasos Perdidos. Su nombre lo recibe porque originalmente el suelo estaba cubierto con una gruesa alfombra que amortiguaba los pasos de los visitantes. Hay que decir que tanto el Congreso de los Diputados como el Senado, tienen salas denominadas de idéntica forma por este motivo. 

Solían reunirse en él numerosos agentes cuando la contratación se realizaba a "viva voz".


Además de sus lámparas, podemos admirar dos ‘Caduceos’ esculpidos en las paredes de sus fondos, enriquecidos con las ‘cuernas de la fortuna’, la ‘rueda de la industria’ y como a una referencia al mar, como señal de avance y progreso, varios aparejos náuticos: un ancla, un remo y un arpón.




A lo largo de la cenefa dorada que rodea el techo de vidrio, podemos observar la peseta’ en sus entonces tres versiones de oro, plata y cobre, instaurada por el gobierno en 1868, 


Por una de sus partes, el salón nos permite asomarnos, por unos amplios ventanales, a cuanto pueda acontecer en el ‘Parquet’. Uno de estos ventanales aún conserva varios impactos de bala de la Guerra Civil. Este edificio no sufrió grandes daños en este periodo, y han querido dejarlos como parte de la historia del edificio una vez comprobado que el cristal original no tenía riesgo de rotura.


Por la otra parte de la sala se accede al Saloncito de Fumadores. Podemos averiguar fácilmente el porqué de su nombre. Era habitual que los agentes se sentasen en los sillones que los rodean y, de tanto fumar, se crease una nube de humo sobre sus cabezas.



Dentro de él, resaltan dos retratos de Alfonso XIII con uniforme de gala, así como una pintura de Luis Taverner en el techo, en la que aparece Mercurio, patrón de la Bolsa, en un entorno campestre.



La sala denominada como Salón de Cotizar puede ser considerada la ‘joya’ del Palacio. Hasta el verano de 1989 y al finalizar cada sesión, se reunían en él los Agentes de Cambio y Bolsa, con el fin de proceder al cierre de la misma, elaborando el acta oficial que se facilitaba a los distintos medios de comunicación. Todo el mobiliario incluido en su interior procede de los tiempos de la inauguración del Palacio. A lo largo de sus paredes, en las que hay impresos multitud de ‘Caduceos’ dorados, destacan los retratos de las personas que han ido presidiendo la Institución: Síndicos-Presidentes primero y Presidentes de la Bolsa de Madrid después (sólo los dos últimos).




Es muy relevante la pintura realizada por Luis Taverner en el techo del salón, en la que quiso plasmar la importancia del comercio para unir a los distintos pueblos del mundo. Representó con cinco mujeres a los cinco continentes, bajo la presidencia de Mercurio con un ‘Caduceo’ dorado en su mano, así como las artes y las ciencias, incluyendo instrumentos musicales, paletas de pintor, esculturas y un telescopio. Entremezclados a lo largo de la obra, figuran varios postes de telégrafo, que era el medio de comunicación más avanzado de la época y que permitía difundir de forma rápida la información procedente de las sesiones bursátiles.

En la mesa presidencial se encuentra una escribanía de plata elaborada hace décadas por un orfebre madrileño. En el otro extremo de la sala, se encuentra situado un gran reloj de madera con, igualmente, con varias décadas de antigüedad.



La Galería de los fisgones rodea la parte alta del parquet. Actualmente está cerrada con unos ventanales, pero en otros tiempos estuvo abierta y su nombre fue dado por la multitud de curiosos que se asomaban a fisgar lo que abajo ocurría.
En ella se exponen algunos objetos históricos de la Bolsa.

Libros de registro que registraban las antiguas
operaciones realizadas a "viva voz".

Máquina de escribir Burroughs.
Utilizada para reflejar las operaciones bursátiles
desde 1954 a 1975

En 1989 las acciones en papel son sustituidas por
acciones en cuenta.
Copia del libro "Confución de confusiones" de José de
la Vega de 1688. Libro que refleja por primera vez
el negocio de la Bolsa.
Desde esta parte nos explicaron también los paneles que aparecen en el parquet, que significa cada uno de los números, de una forma muy sencilla.

El parquet o Sala de Contrataciones ocupa la nave central y principal del edificio. Está lejos de alcanzar las dimensiones de las más grandes del continente, la de Viena (9.899 metros cuadrados) o la de San Petersburgo (8.755). Pero, en definitiva, la Bolsa de Madrid, con sus 3.288 metros cuadrados, se erige a día de hoy como una de las más modernas y activas de Europa.
Hasta la aplicación de la reforma de la Ley del Mercado de Valores de 1988, la contratación de valores se realizaba de viva voz, con la participación de agentes de cambio y bolsa, entidades financieras e inversores. La superficie vallada situada en el centro, era la utilizada para realizar las compras y ventas, a los gritos de ‘tomo’ (compro), ‘doy’ (vendo) y ‘vale’ (hecho). Esto sucedía en los llamados ‘corros’, cada uno de ellos compuesto por un sector de valores. Su duración era de 10 minutos y su comienzo y final se anunciaba mediante el sonido de una campana.


El control del tiempo se llevaba a cabo por un reloj con tres esferas, situado en la parte alta de una columna, réplica de la existente en la Bolsa de Amsterdam, siendo ésta la primera Bolsa oficialmente instaurada en Europa en 1611. En la parte posterior del reloj hay una cuarta esfera, un barómetro, conocido como ‘El Barómetro Bursátil’, que marcaría la presión existente entre la oferta y la demanda. Este barómetro actualmente no funciona y siempre marca tiempo "variable". Se rumorea entre los trabajadores que esta fue la razón de la crisis financiera española y lo han dejado así como curiosidad, con las esperanza puesta en que pronto cambien los vientos.


Mirando hacia arriba desde el Parquet, iremos descubriendo a lo largo de todo el anillo inferior al techo de vidrio y por orden ascendente, los escudos y los nombres de los países con los que en 1893 España mantenía una mayor relación comercial. En la parte superior a los ventanales con franjas doradas, que permiten pasar una la luz más cálida, similar a la solar, se puede ver la representación que Luis Taverner realizó de las económicamente más prósperas provincias españolas de la época, incluidas Cuba y Filipinas y representando en cada pintura, sus principales productos y actividades económicas.


Por encima de ellos, se alternan los escudos de las provincias españolas, con unos bolsos dorados, que configuraban el escudo heráldico de la familia Van der Bourse de Brujas en Bélgica, que dieron origen a la denominación ‘Bolsa’ en diversos países latinos. es interesante conocer el origen del nombre de la “Bolsa” ya que solamente se denomina así en España, Francia e Italia, en el resto de países se denomina “Stock Exchange Market”. El nombre de Bolsa surge porque, como comentaba antiguamente no existía un lugar especifico para la gestión de las acciones de las empresas y se realizaban donde “se podía”: uno de esos lugares en Flandes era un edificio de una familia noble, Van Der Buërse, cuyo escudo de armas, además, era tres bolsas de piel. Por la importancia que tuvo este lugar y el lenguaje cotidiano hizo que ir a hacer gestiones bursátiles se le empezara a decir “voy a la bolsa”. En recuerdo de este motivo alrededor de todo el parquet de la Bolsa de Madrid, justo la cenefa que hay debajo de la Galería de los Fisgones, aparece en varias ocasiones una bolsa de piel.


Nos contaron otras anécdotas de los días que salieron a Bolsa varias empresas. Telepizza llevó pizzas gratis para todos los trabajadores o la empresa que diseñó a Pocoyó que llevó al propio muñeco que estuvo por la sala toda la mañana. Otra anécdota curiosa es la de Zoo de Madrid, llevaron un elefante y tuvieron que dejarlo a la puerta porque no cabía por ella.

Desde el 19 de julio de 2006 la negociación de valores se realiza en su sede operativa situada en Las Rozas, quedando el palacio como sede representativa del BME (Bolsas y Mercados Españoles) donde todas las agencias autorizadas de brokers operaran vía Internet. Atrás quedaron los tiempos de gritos, aglomeraciones, estrés y prisas, hoy en día sólo pisan el parquet a diario "viejos lobos" que se niegan a abandonar el oficio y son contratados por compañías como consejeros.



Actualmente se ofertan por el Instituto BME varios cursos y máster vinculados con los servicios financieros que se imparten en el mismo Palacio. Algunos de ellos son gratuitos. Para más información pinchar en Instituto BME.

Eventos corporativos
Existe la posibilidad de realizar en el edificio eventos corporativos en un entorno único. Todas las salas pueden alquilarse, desde el Parquet al Salón de los Pasos Perdidos o el Salón de Cotizar.
Pueden alquilarse para entregas de premios, reuniones de trabajo, ruedas de prensa, cenas de gala, bodas o incluso el cumpleaños de un familiar. Aunque creo que no está al alcance de cualquiera. + info
Orquesta Pulso y Púa
Universidad Complutense de Madrid. 2010

Visitas Individuales
Todos los Jueves a las 12.00h
Puede realizar su reserva para visitar el Palacio, a través de la dirección de correo electrónico: exposicion@grupobme.es o, de 9:30 a 13:30 h., en los teléfonos 91 589 10 20 ó 91 589 11 62
Se reserva con el DNI que será necesario presentar al comienzo de la visita.
Visitas de Grupos
Centros de Bachiller (colegios, IES, etc...)
Otros grupos: profesionales, universidades, centros de formación profesional, asociaciones, etc...
Horario: Desde las 10.00h., de Lunes a Viernes
Grupos de 25 personas como máximo
Edad mínima: 16 años
Puede realizar su reserva para visitar el Palacio, a través de la dirección de correo electrónico: exposicion@grupobme.es o, de 9:30 h a 13:30 h., en los teléfonos 91 589 10 20 ó 91 589 11 62

*Durante los meses de julio  y agosto,  tendrá lugar una única visita al día, a  a las 12 h.

Fuentes: 

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