lunes, 28 de octubre de 2013

Pontón de la Oliva y Patones de Arriba

En la Sierra de Ayllón, justo en el límite con la provincia de Guadalajara, encontramos uno de los lugares con más historia hidrológica de nuestra región y, hoy en día, muy conocido en el mundo de la escalada por los grandes cortados de caliza: el Pontón de la Oliva.


Esta es la presa más antigua del Canal de Isabel II, construida en 1857, pero debido a los problemas con las filtraciones pronto dejó de utilizarse, por lo que se construyó la presa de El Villar, 22 Km aguas arriba.
Si llegamos desde Madrid, pasaremos Patones y unos kilómetros más adelante tenemos el parking, bastante amplio y en el que no suele haber problemas de espacio para aparcar. Para llegar a la presa continuamos a pie por la carretera y, aproximadamente a 1, km la encontraremos. 
A la izquierda hay una escalera metálica que nos lleva hasta el otro lado de la presa. Nosotros optamos, en lugar de seguir la ruta que va por ese lateral, descender por una pequeña cuesta hasta el río y cruzar por la presa hasta el otro lado, donde están los mayores cortados. En ellos, si el día acompaña, veremos a muchas personas practicando escalada.
Fuimos unos cuantos kilómetros por un camino que discurre cerca del río, disfrutando del paisaje y de la gran variedad de especies vegetales: fresnos, sauces, retamas, jaras, almendros.
Volvimos sobre nuestros pasos hasta la presa, cruz andola de nuevo y llegando a la carretera. Ya en la provincia de Guadalajara, al final del mismo puente de la presa, podemos encontrar un bar donde sirven menús del día y raciones. Nosotros probamos una de morcilla y unas cañas, que con el calor que hacía el día que visitamos la zona (a pesar de ser mediados de abril) se agradeció.
Si continuamos por la carretera, después de unos 500 metros, en la primera curva a izquierdas que aparece, comienza un camino que nos lleva a unas espectaculares cárcavas. El camino es bastante costoso, ya que tiene mucha pendiente, pero merece la pena al menos acercarse un poco hasta la primera cima para disfrutar de las vistas.

Por la tarde nos acercamos a Patones de Arriba, a 2´5 Kms de Patones, y, aunque la carretera es un poco peligrosa por las numerosas curvas, merece la pena que nos desviemos de nuestro camino para dar un paseo por sus bonitas calles de piedra. 
Prácticamente en este pueblo ya no vive nadie; podemos encontrar, sin embargo, muchos restaurantes, que se llenan los fines de semana de madrileños que buscan un respiro de la ciudad en este precioso paraje. No hice fotos el día que estuvimos, pero buscando en internet encontraréis muchas que os convencerán para acercaros a disfrutar de este rincón de nuestra Comunidad.

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